Sea un líder de influencia a nivel familiar y social
1.- Lectura Bíblica: Zacarías 4:6
2.- Versículo para memorizar:
“Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: “No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu — dice el SEÑOR de los ejércitos.” (Zacarías 4:6. La Biblia de Las Américas)
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
Hay muchas formas de liderar. El grado de eficacia que se obtiene, dependiendo de la forma de trabajo, es otro asunto. Hay líderes que tienen alrededor a personas que, por diversas circunstancias, están obligadas a seguirle pero lo hacen sin compromiso. Los resultados, como es apenas natural, no son eficaces.
¿Se ha preguntado alguna vez qué tipo de líder de equipo es usted? ¿Ha encontrado errores al hacer un alto en el camino, o sencillamente no se ha tomado el tiempo para auto evaluarse?
Los dos interrogantes toman como punto de partida el desespero que asistió a un pastor a quien lo desalentaba la baja concurrencia de líderes a las reuniones de planeación en la iglesia.
“Definitivamente parecían no querer trabajar. Pronto todos encontraban excusas para no concurrir a las convocatorias” se quejó.
El primer y más grande problema, como lo abordamos recientemente, radica en no saber escoger el inmediato equipo de colaboradores; hacerlo en nuestras propias fuerzas.Sobre el particular, el autor cristiano y experto en temas de liderazgo, Myron Rush, advierte: “… un dirigente no debe pedirle a una persona que sirva en un equipo, cuando sabe que los intereses de dicha persona no concuerdan o no pueden hallarse representados en el equipo en el cual está por tratarse de intereses muy específicos los que lo animan y circunscritos a metas muy particulares que quizá distan de lo que tiene pensado el equipo.” (Myron Rush. “Un enfoque bíblico de la administración”. Editorial Unilit. 1992. EE.UU. Pg. 51)Un segundo factor radica en no saber transmitir la visión. Si las personas que nos rodean no ven entusiasmo y convicción en lo que hacemos, lo más probable es que terminen arrastrados por la incertidumbre y el desaliento. El tema es crucial. El autor y conferencista, Rush, continúa diciendo:
“El dirigente interesado en mantener resultados en un equipo, se esforzará por interesar a los miembros del equipo en pulir y mantener clara la imagen de la meta. Esta participación en la meta hace que los integrantes se sientan dueños y participantes en los compromisos para mantenerla clara e incólume.” (Myron Rush. “Un enfoque bíblico de la administración”. Editorial Unilit. 1992. EE.UU. Pg. 53)Un tercer aspecto estriba en luchar en nuestras propias fuerzas. Las consecuencias, por supuesto, resultan devastadoras. Lo más probable es que terminemos desalentados y con ganas de renunciar al trabajo.
“Si nadie me colabora, no entiendo para qué seguir en esta iglesia”, compartía el pastor que ilustra con su historia el inicio de esta Lección.
Si usted vive una situación similar, le invito a retornar al libro de los triunfadores, la Biblia, en donde el profeta nos instruye: “Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: “No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu — dice el SEÑOR de los ejércitos.” (Zacarías 4:6. La Biblia de Las Américas)
Deje de depender solamente de sus conocimientos, aptitudes, actitudes y fortalezas. Si desea el éxito como líder de un equipo de trabajo debe comenzar a depender del poder de Dios.
Una recomendación en aras de imprimir cambios en su dinámica de liderar, es que consulte a Dios primero toda decisión, y en segundo lugar, defina con su equipo las metas y ruta a seguir. Esa decisión contribuye a generar identidad sobre el trabajo a realizar.
Recuerde que si somos buenos líderes a nivel social— es decir donde quiera que nos desenvolvemos— necesariamente debemos serlo a nivel familiar. Si no es así, cabe examinar el tipo de liderazgo que ejercemos. Con ayuda de Dios podemos identificar los errores y aplicar correctivos. El Señor desea ayudarnos en el proceso.
Si no ha recibido a Jesús en su corazón como su único y suficiente Salvador hoy es el día para que lo haga. Es la mejor decisión que pueda tomar jamás. Ábrale las puertas de su corazón a Cristo.
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Ha tenido tiempo para revisar la forma como ejerce el liderazgo?
b.- ¿Por qué razón cree que hay líderes a los que nadie nunca sigue?
c.- ¿Por qué razón es importante que los miembros del equipo compartan la visión y ruta de trabajo?
d.- ¿Cómo puede hace un líder para comprometer a sus colaboradores en el equipo?
e.- Si debiera definirse como líder, ¿cuál sería su apreciación honesta?
f.- ¿Qué mejoras considera que debe aplicar a su forma de ejercer el liderazgo?
g.- ¿Escucha las ideas de quienes integran su equipo de trabajo?
h.- ¿Qué diferencia hay entre un siervo y un líder ?
Publicado en: Devocionales Diarios
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