Que Satanás no tome control en su vida
1.- Lectura Bíblica: Génesis 2:15-18; 3:1-7;
2.- Versículo para Memorizar:
“Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: “Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.” (Génesis 2:15-18, versión Dios habla hoy)
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
Abrió la caja de cartón, hurgó con sumo cuidado y extrajo –ante la mirada sorprendida de todos— una serpiente de cuarenta centímetros, delgada e inquieta, que puso en alto para que no quedara el más mínimo asomo de duda. “Es una especie venenosa pero le extrajimos hasta la última gota del contenido letal”, explicó en un vano intento por tranquilizar a quienes habían querido disuadirlo.
Acto seguido Snake Manú Manoharan ayudó al reptil para que se abriera paso a través de su propia nariz hasta salir, instantes después, por su boca. Fueron apenas unos cuantos segundos en los que se mostró impasible ante el auditorio, aunque es evidente que el animal se escurría sin importar cuánto dolor pudiera causar.
La singular presentación tuvo lugar en la ciudad de Madras. El reconocido saltimbanqui de la India hizo esta demostración para imponer una nueva marca en los Guinness Record. Aspira pasar a la historia como el hombre — que desafiando todo temor — , ha permitido que las serpientes recorran lo más recóndito de su organismo.
Uno de los médicos que estuvo acompañándole, dijo tras un examen, que Snake se encontraba bien de salud. Este joven ya batió un primer record. Fue el 15 de noviembre del año 2003. En esa ocasión consumió doscientos gusanos de tierra, de diez centímetros de largo aproximadamente, y sobrevivió a la experiencia. Ingerir los bichos le tomó veinte segundos.
El incidente me hizo pensar — y sin duda a usted también — , sobre los peligros que encierra convivir con el pecado y más, los nexos que establece con nuestro Adversario espiritual Satanás, permitiéndole que cause daño a nuestras vidas.
¿Cuál es la razón para que nuestro Adversario espiritual, Satanás, ejerza dominio sobre el mundo? El pecado del género humano; es su “derecho legal” para gobernar. Y, justamente, el pecado es el que abre puertas a la posesión demoníaca.
Su bien organizado plan para inducir la caída espiritual del género humano se produjo en el Jardín de Edén cuando promovió la rebelión contra Dios, tal como él lo había hecho.
“Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: “Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.” (Génesis 2:15-18, versión Dios habla hoy)
Nuestro amado Padre celestial había dado instrucciones claras; no obstante, Satanás tenía otros planes en su propósito indeclinable de llevar a todos al pecado, desencadenando la separación de Dios.
“La serpiente, que era la más astuta de todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, preguntó a la mujer: –¿Así que Dios os ha dicho que no comáis del fruto de ningún árbol del jardín? La mujer le contestó: –Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente dijo a la mujer: –No es cierto. No moriréis. Dios sabe muy bien que cuando comáis del fruto de ese árbol podréis saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces seréis como Dios. La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que tomó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En aquel momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas..” (Génesis 3: 1-7, versión Dios habla hoy)
Aunque muchas veces hemos leído el pasaje bíblico, lo que ocurrió allí fue de un alcance universal. Satanás puso el tela de juicio la autoridad y poder de Dios, y llevó al hombre a una situación de pecado, rompiendo de paso la relación con el Supremo Hacedor. Su trasgresión le valió a Adán y Eva ser expulsados del Jardín de Edén. Ahora nuestro enemigo espiritual podía dominar, gracias a la inclinación al pecado.
La contaminación del pecado se transmitió de generación en generación, tal como describe el apóstol Pablo:
“Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte pasó a todos porque todos pecaron. Pero el delito de Adán no puede compararse con el don que hemos recibido de Dios. Pues por el delito de un solo hombre murieron todos; pero el don que hemos recibido gratuitamente de Dios por medio de un solo hombre, Jesucristo, es mucho mayor y para el bien de todos. Y así como el delito de Adán puso bajo condenación a todos los hombres, así también el acto justo de Jesucristo hace justos a todos los hombres para que tengan vida. Y así como el pecado reinó para traer muerte, así también la bondad de Dios reinó haciéndonos justos y dándonos vida eterna mediante nuestro Señor Jesucristo..” (Romanoss 3.12, 15, 19, 21, versión Popular Dios habla hoy)
Es cierto que Satanás contaminó a todo el género humano con el pecado. Obtuvo “derecho legal” para mantener atados a hombres y mujeres, pero la obra redentora del Señor Jesús rompió las ataduras, trayendo perdón por Su sacrificio en la cruz y llevándonos a la presencia del Padre.
Ahora somos justos delante de Su presencia. Su tarea y la mía, ahora que Cristo nos hizo libres, es permanecer en esa libertad, al margen del pecado. Es posible. No estamos solos. Con ayuda de Dios podemos lograrlo. Si creemos que las tentaciones son más fuertes, permitamos que Jesús nos fortalezca para salir airosos. Le puedo asegurar que no se arrepentirá de tener a Cristo en su corazón…
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Se ve tentado con demasiada frecuencia?
b.- ¿Es consciente de que las amenazas provienen de Satanás y sus huestes?
c.- ¿Qué hace para vencer las tentaciones?
d.- ¿Recurre al Señor Jesús cuando viene a su vida la tentación?
e.- ¿Ha logrado salir airoso en los momentos de tentación?
Publicado en: Devocionales Diarios
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