No ponga límites a sus sueños
1. Lectura Bíblica: Salmos 37:4
2. Versículo para memorizar:
“Deléitate en el Señor, él te concederá los deseos de tu corazón.” (Salmos 37:4)
Reflexión en la Palabra de Dios:
En menos de cincuenta años el mundo ha cambiado. Si le digo a mi nieto Nicolás, que en mi tiempo los juegos electrónicos eran tan primarios que consistían en una pantalla de computador y una bolita de color verde intermitente que se operaba con un dispositivo rudimentario, o que no había celular, que la televisión no era en colores y que ni siquiera se podía pensar en un horno micro-ondas, sin duda se reirá de mí y pensará que le estoy tomando el pelo.
Igual, estoy seguro, si le habla a alguno de sus familiares jóvenes sobre el asunto.
El tiempo va pasando y lo que nos quedamos atrás, detenidos en el tiempo, somos usted y yo. Pero lo lamentable no es eso sino que dejamos morir nuestros sueños. Esos anhelos que concebimos desde la niñez y que quizá compartimos a quien hoy es nuestro cónyuge.
Nos quedamos suspendidos en una época específica de nuestra vida y olvidamos que avanzar, significa también dinamizar nuestras esperanzas, las ideas y aquello que deseamos.
¿Cuántos sueños dejó morir en el pasado? Piénselo por un instante, haga un listado y— sin duda— se sorprenderá. ¿Qué nos detuvo? Quizá los errores o que se atravesó alguna dificultad. Antes que seguir luchando, decidimos renunciar a todo. Y dejamos de soñar.
El autor John Maxwell, se refiere al asunto con la siguiente reflexión:“Quiero ayudarle a prepararse para el fracaso. Quiero que aprenda a mirar con confianza y sin temor, la posibilidad de fracasar, y trabajar para transformar ese fracaso en victoria. Porque en la vida la pregunta no es si va a tener problemas, sino cómo vamos a enfrentarlos. ¿Vas a transformar tus problemas en victoria o vas a dar un paso atrás?” (John Maxwell. “El lado positivo del fracaso”. Edit. Caribe. EE.UU. 2013. Pg. 8)Si surgen obstáculos que ponen tropiezo a lo que soñamos, es necesario hacer un alto en el camino, tomar fuerzas y reemprender el camino.
Iba de tránsito hacia el puerto de Buenaventura, cuando pocos más adelante del auto apareció un ciclista. Pero no era alguien común: Le faltaba su pierna izquierda. E iba tranquilo, ascendiendo la montaña. Cuando pasamos junto a él nos saludó con una sonrisa. ¡Para él no había límites! Para usted tampoco debe haberlos.
Hoy es el día para recuperar nuestros sueños. Recuerde lo que enseña el libro de los ganadores, que es la Biblia: “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.” (Salmos 37:4)
Evalúe a qué sueños renuncio. Puedo asegurarle que se llevará una agradable sorpresa. ¿Dónde quedaron esos sueños? Reconstrúyalos o ajústelos. De pasos, aunque cortos, pero sólidos. Poco a poco irá avanzando hasta la meta.
No estamos solos. Dios nos ayuda. Y si esos sueños involucran a su familia, maravilloso. Recuerde que todo aquello que nos bendice, debe también cobijar a nuestro cónyuge y a nuestros hijos.
No quiero que pase el momento sin preguntarle: ¿Ya recibió a Jesucristo como Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Prendido de la mano del Señor Jesús emprenderá el maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Recuerda algunos de sus sueños que concibió desde niño?
b. ¿A qué apuntaban esos sueños? ¿Una carrera, una empresa o quizá algo para su familia?
c. ¿Cuántos sueños dejó morir en el pasado?
d. ¿Qué llevó a que esos sueños se desdibujaran en el tiempo?
Hoy es el día para recobrar los sueños con ayuda de Dios
Publicado en: Devocionales Diarios
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