Enfrentando exitosamente críticas por nuestra fe cristiana
1.- Lectura Bíblica: Juan 16:12, 13
2.- Versículo para memorizar:
“Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo, y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:12, 13. La Biblia de Las Américas).
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
Ser cristiano es ir en contravía de lo establecido. No podemos esperar que los demás nos acepten como si nada.
En cierta ocasión el Señor Jesús advirtió a sus discípulos: “Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo, y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:12, 13. La Biblia de Las Américas).
Satanás, nuestro adversario, ha marcado unas pautas de vida que millares de personas siguen al pie de la letra sin preguntar siquiera por qué razón. Es apenas previsible, entonces, que se levanten vientos de oposición.
En el primer siglo de nuestra era, los cristianos se encontraban en una situación difícil. “En aquél día –después de la muerte del apóstol Esteban— se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles” (Hechos 8:1).
Los perseguidos se vieron enfrentados a dos situaciones, que al principio pensaron era para su mal, pero luego comprobaron que eran positivas.
La primera, por donde quiera que iban ellos aprovechaban la oportunidad para compartir el evangelio de Jesucristo, y la segunda, se fortalecían interiormente.
Ahora, en el texto de Juan 16:33 el Señor Jesucristo nos anunció que en circunstancias duras, si clamábamos a Él— como está implícito en el texto— nos traería paz.
Es natural que cuando surgen situaciones inesperadas, experimentamos la tentación de volver atrás. Sin embargo, deténgase. Usted puede recibir el aliento para seguir adelante por encima de cualquier dificultad si vuelve la mirada a Dios.
En la Biblia leemos: “Dios es mi fortaleza poderosa, y el que pone al íntegro en su camino. Él hace mis pies como de siervas, y me afirma en mis alturas. El adiestra mis manos para la batalla y mis brazos para tensar el arco de bronce. Tú me has dado también el escudo de tu salvación, y tu ayuda me engrandece” (2 Samuel 22:33-36).
En cierta medida es inevitable que se levante oposición, pero debemos permanecer firmes. En Dios obtenemos para fortaleza necesaria para seguir adelante, aunque la persecución— como usted lo anota en su comunicación-se ha levantado por parte del cónyuge.
La fortaleza que proviene del Señor nos ayuda a perseverar. Si bien es cierto buscan provocarnos con frases hirientes, debemos seguir adelante, con la mirada puesta en el Señor Jesucristo.
El apóstol Pablo, quien enfrentaba persecuciones, escribió: “... una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).
Con fundamento en lo anterior, le animamos a seguir adelante y a fortalecerse en Dios nuestro Señor. ¡Usted nació para ser un vencedor, no para la derrota!.
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Siente que le persiguen por su fe cristiana?
b.- ¿Qué hace usted cuando enfrenta críticas y oposición por su fe cristiana?
c.- ¿Se fortalece en oración para vencer las situaciones difíciles?
d.- ¿Busca apoyo en otros cristianos cuando viene la persecución?
En adelante confíe en el apoyo de Dios en medio de las situaciones críticas.
Publicado en: Devocionales Diarios
Copia el siguente texto a tu muro de Facebook:
https://www.devocionales.com/site/index.php/enfrentando-exitosamente-criticas-por-nuestra-fe-cristiana/
Temas Relacionados:
Inicia hoy tu proceso de capacitación para servir en el Reino de Dios.