¿En dónde pasará la eternidad si Dios lo llama a Su Presencia?

1.- Lecturas Bíblicas : Romanos 3:23; 6:23; Juan 1:12; 3:16.

2.- Versículo para memorizar :

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios…” (Juan 1:12)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios:

Cuando abordé el taxi con rumbo a la estación de autobuses, la ciudad parecía desolada. La asocié inmediatamente con Comala, el pueblo fantasma que recreó la pluma del mexicano, Juan Rulfo, en su clásica novela “Pedro Páramo”. Caía la tarde y el sol había menguado. Tras los breves segundos que transcurrieron entre arrancar el auto y encaminarnos por la avenida, el conductor comentó:

— Un mal día para morirse; con lo solitarias que están las calles, ni siquiera la funeraria se encargaría de llevarlo al cementerio —. Sonrió y, de nuevo, dirigió su mirada hacia adelante.

Sus palabras me abrieron la puerta:

— A propósito, ¿ha pensado usted en la muerte? ¿Qué pasaría si muriera esta tarde? ¿A dónde iría a pasar la eternidad?—

Habíamos llegado a un cruce de calles, frente a un semáforo.

— No lo había pensado. No sé, quizá Dios me reciba en el cielo. Para serle sincero, no sé… — argumentó en esos breves instantes que en ocasiones parecen una eternidad, y que separan el momento en el que se enciende la luz roja hasta que –en un fugaz cambio — , pasa por el color amarillo y termina en el verde.

— Debería pensarlo. Uno nunca sabe cuándo partirá a la eternidad — , le dije.

El hombre, de unos sesenta años, conducía ensimismado en sus pensamientos.

— Voy a misa cada domingo, doy limosna, no hablo mal de nadie en fin… Quizá voy a estar con Dios.— contra argumentó.

Le recordé que de acuerdo con el Señor Jesús, no hay ni uno solo bueno, sino Dios (Cp. Marcos 10:18). A continuación le mencioné al apóstol Pablo cuando, escribiendo a los creyentes de Roma, asegura que todos hemos pecado (Cp. Romanos 3:23 y 6:23)

— Entonces, si no basta con ser bueno, ¿cómo ir a la eternidad con Dios?— preguntó con una expresión de inquietud y desconcierto.

— Recibiendo a Jesús como Señor y Salvador en su corazón. Sus pecados son perdonados y, como dice el apóstol Juan: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios… ” (Juan 1:12) — , le expliqué.

Nos acercábamos a la estación intermunicipal. Consultó el taxímetro, y mientras le pagaba, preguntó:

— ¿Cree que hay oportunidad para mí, a mis casi setenta y dos años de edad?—

— Claro, hay oportunidad para usted y para todos los que reciban a Jesús como Señor y Salvador. Él es la puerta de entrada a la salvación y a la vida eterna. — , le expliqué.

El vehículo se alejó y mientras iba de camino a la ventanilla para adquirir el boleto, pensé que hay millares de personas que aún no han dado el paso más importante de sus vidas porque no les hablamos de la Salvación que hay en Cristo Jesús. ¿Le predicó hoy a alguien sobre la Salvación en Cristo? Es hora de hacerlo…

Ahora, usted mismo, ¿ya recibió a Cristo Jesús como su Señor y Salvador? Es hora de hacerlo. Puedo asegurarle que si recibe al Salvador, no solo pasará la eternidad con Dios sino que aquí mismo en la tierra, comenzará a experimentar una vida renovada, de crecimiento personal, espiritual y familiar como siempre lo ha anhelado.  Ábrale hoy su corazón a Jesucristo.

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿Ha meditado cuidadosamente en el tema de la vida eterna?

b.- Personalmente, ¿usted ha pensado en dónde pasará la vida eterna?

c. - ¿Recibió ya a Jesús como su Señor y Salvador?

d. - ¿Sabía que recibir a Jesús como Señor y Salvador marca la diferencia en la eternidad (Cp. Juan 3:16)?

Decídase por Jesucristo en su corazón. Ábrale hoy las puertas de su vida...