Decídase a cambiar la sociedad a su alrededor

1.- Lectura Bíblica : Marcos 1:1-7

2.- Versículo para memorizar :

“Juan anunciaba: «Pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de inclinarme como un esclavo y desatarle las correas de sus sandalias. Yo los bautizo con agua, ¡pero él los bautizará con el Espíritu Santo!».” (Marcos 1:7, 8. NTV)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios :

Una sola persona con el corazón dispuesto para Dios puede traer cambios profundos a una sociedad. No necesitamos esperar que los demás cambien. Basta que tomemos la decisión de iniciar nosotros la transformación. Esa transformación se hace real cuando permitimos que Dios imprima cambios profundos en nuestra forma de pensar y de actuar.

Juan el bautista es un vivo ejemplo de este principio. Vivía rendido a Dios. Permitió que Él lo transformara, y a partir de ese momento, contribuyó a generar cambios a partir de la predicación del mensaje de cambio.

No era alguien excepcional, sino alguien común. Usaba ropa tejida con pelo rústico de camello y llevaba puesto un cinturón de cuero alrededor de la cintura. Se alimentaba con langostas y miel silvestre. La diferencia radicaba en su rendición al Señor. Esa simple decisión marca la distinción.

Rendición está íntimamente ligada a someter nuestros planes, proyectos y sueños del presente y del mañana en manos del Padre celestial. Permitir que Él tome el control de todo.

“Juan anunciaba: «Pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de inclinarme como un esclavo y desatarle las correas de sus sandalias. Yo los bautizo con agua, ¡pero él los bautizará con el Espíritu Santo!».” (Marcos 1:7, 8. NTV)

Juan cumplió su misión. Anunciaba a Jesús. No se promocionaba él ni a su ministerio. Cristo era el centro de su propósito. No se movía en otra dirección.

“Estaba en el desierto y predicaba que la gente debía ser bautizada para demostrar que se había arrepentido de sus pecados y vuelto a Dios para ser perdonada. Toda la gente de Judea, incluidos los habitantes de Jerusalén, salían para ver y oír a Juan; y cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.” (Marcos 1:4, 5. NTV)

Piense en lo maravilloso que resulta el hecho de que una sola persona, rendida a los pies de Dios, puede traer cambios significativos en donde quiere que se desenvuelve.

Con ayuda del Padre celestial, generamos cambios en la relación con el cónyuge, con los hijos y con el resto de sus familiares.

Decídase hoy a emprender una nueva vida junto con su familia. Es una decisión que marcará una diferencia en su existencia y entre los seres que ama.

Si no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, es hora de que lo haga. Inicie como siempre ha anhelado, la transformación en su ser, en su espiritualidad y en la relación con su cónyuge e hijos. Jesús puede marcar la diferencia.

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿Su vida impacta a las personas que le rodean?

b.- Si le preguntaran a su cónyuge e hijos, ¿podrán ellos decir que usted está cambiando?

c.- ¿Realmente se encuentra dispuesto a cambiar o está resignado a ser como es hasta hoy?

d.- ¿Qué enseñanza trajo a su vida leer Marcos 1:1-8?

e.- ¿Qué propósito específico de cambio se fija a partir de hoy, en su vida personal y familiar?