Aprendiendo a manejar las crisis
1.- Lecturas Bíblicas: Salmos 50:15; 20:1-8
2.- Versículo para memorizar:
“…llámame cuando tengas problemas,y yo te rescataré,y tú me darás la gloria.” (Salmos 50:14, 15. NTV)
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
Generalmente la pérdida del empleo está ligada a problemas familiares. ¿La razón? La escasez termina por afectar a todos, y llega el momento en que se produce un colapso. Comienzan a producirse enfrentamientos, y es ése el momento en el que debemos estar preparados para enfrentar la situación.
Si a algo no nos enseñaron, es a fracasar, es decir, a enfrentar los momentos difíciles, y a intentarlo una y otra vez sin sin darnos por vencidos.
Hay un pasaje de la Escritura que comparto con usted. Aconseja que en los períodos de crisis, cuando creamos estar en una encrucijada, nos volvamos a Dios: “Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Diosy cumple los votos que le has hecho al Altísimo.Luego llámame cuando tengas problemas,y yo te rescataré,y tú me darás la gloria.” (Salmos 50:14, 15. NTV)
No podemos luchar en nuestras fuerzas contra la adversidad. Es un error. ¿La razón? En nuestras fuerzas terminamos llenos de frustración, sin ánimo de intentar de nuevo dar una batalla. Por eso, en la situación que atravesemos, por difícil que sea, lo mejor es volver nuestra mirada a Dios y pedir ayuda.
De la mano con esta decisión, viene el tratar de marginar a nuestra familia, con el propósito de no volcar sobre ellos nuestra frustración.
El autor bíblico lo advierte en los siguientes términos: “Algunas naciones se jactan de sus caballos y sus carros de guerra, pero nosotros nos jactamos en el nombre del Señor nuestro Dios.” (Salmos 20:7. NTV)
No podemos desconocer jamás que Dios nos concibió con enormes potencialidades para vencer las dificultades. Somos vencedores en medio de los obstáculos, porque si confiamos en el Señor, Él nos guía por el camino apropiado y nos enseña de qué manera podemos sobreponernos a las dificultades.
Lo que determina nuestra victoria sobre los tropiezos, es nuestra fe en Dios. Él es nuestro pronto auxilio en la tribulación y el Camino de salida a las crisis que enfrentamos todos los seres humanos.
Cuando las dificultades tocan a nuestra puerta, debemos repetir como los hombres de fe de la antigüedad: “Esas naciones (las que confían en sus fuerzas) se derrumbarán y caerán, pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.” (Salmos 20:8. NTV. Paréntesis añadido por el autor)
Insistimos: en los tiempos de crisis la peor decisión que podemos tomar es luchar en nuestras fuerzas. Quien nos asegura la victoria para sobreponernos a los obstáculos y alcanzar la victoria es Dios mismo. Él nos hace vencedores. Es un fundamento del que jamás podemos olvidarnos.
Las personas que marcan la diferencia en nuestra sociedad, son aquellas que saben avanzar –así sea paso a paso— pero con ayuda del Señor. Él nos asegura salir airosos en todas las circunstancias.
En adelante, no siga luchando en sus fuerzas en medio de la crisis. De las batallas pero prendido de la mano del Señor Jesús.
No olvide que, si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se arrepentirá porque de la mano del Señor Jesús avanzamos hacia el crecimiento personal y espiritual.
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Cómo enfrenta las crisis que salen al paso en su vida?
b.- ¿Se deja arrastrar por la desesperación?
c.- ¿Busca a Dios cuando las situaciones se tornan difíciles?
d.- ¿Cómo aplicará desde ahora en adelante lo que enseña el Salmos 50:15?
e.- ¿Qué representa para usted la lectura del Salmos 20:8? ¿Cómo lo aplica a su vida?
Publicado en: Devocionales Diarios
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